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La Esclerosis Múltiple (EM)

¿Qué es?:

2655833054_6b53e4dd8f_o La Esclerosis Múltiple es una enfermedad neurológica crónica, de causa no determinada, que afecta al Sistema Nervioso Central.

 

 

Síntomas:

Las manifestaciones de esta enfermedad suelen aparecer entre los 20 y 40 años. Trastornos sensitivos son frecuentes, en la forma de parestesias (adormecimientos u hormigueos), disestesias (sensibilidad alterada) o hipoestesias (disminución de la sensibilidad). El compromiso de la motricidad está dado por la pérdida de fuerza en uno o varios miembros que variará desde un grado leve hasta la pérdida total de la función. Otra manifestación de la enfermedad es a través de los trastornos en el equilibrio y en la marcha; pérdida o disminución de la visión en uno o ambos ojos en forma sucesiva o simultánea, evento conocido como “neuritis óptica”. La diplopía (visión doble) también puede presentarse aunque suele ser transitoria.

La EM puede presentarse como un trastorno de la marcha  lentamente progresivo. Suele asociarse con dificultades en el control de los esfínteres, siendo lo más frecuente la imperiosidad en el deseo de orinar y la constipación. La sexualidad suele verse comprometida en un porcentaje importante de casos, siendo la disminución en la lubricación vaginal y en la libido en la mujer y los trastornos en la erección en el hombre, las expresiones más frecuentes.

Los problemas en la atención y memoria pueden resultar un problema para algunas personas con EM.

Problemas psicológicos, familiares, laborales y sociales no pueden atribuirse directamente a la desmielinización, pero son hallazgos secundarios que aparecen como consecuencia de una enfermedad crónica y discapacitante como suele ser la EM.

Diagnóstico:

Debido a que no existe un test de laboratorio que sea específico para efectuar un diagnóstico, éste puede resultar dificultoso para el médico, especialmente en los primeros estadíos de la enfermedad.

En base a los antecedentes, el exámen neurológico y estudios de laboratorio, el Neurólogo deberá demostrar la existencia de daño en distintas áreas del Sistema Nervioso Central, lo cual es un hecho característico de la EM. Sin embargo, otros procesos de tipo infecciosos, inflamatorios, metabólicos o vasculares pueden simular un cuadro parecido al de la EM y el médico deberá tenerlos en cuenta dentro del diagnóstico diferencial.

 

A lo largo de los años se han diseñado criterios diagnósticos para EM con el fin de hacerlo con más certeza. Con los avances tecnológicos, distintos estudios de laboratorio fueron incorporándose en los criterios diagnósticos mejorando las posibilidades de documentar la enfermedad. En la actualidad los Potenciales Evocados, el análisis del Líquido cefaloraquídeo y en especial la Resonancia Magnética son los estudios complementarios que brindan mayor utilidad.

 

Recientemente un Panel Internacional de expertos ha actualizado estos criterios, recomendando entre otras cosas que el diagnóstico de la EM fuera realizado preferentemente por un profesional familiarizado con la enfermedad y que pueda interpretar adecuadamente los estudios complementarios.

 

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Causa:

La causa de la EM permanece desconocida hasta hoy. No obstante, se reconoce la existencia de factores genéticos, que si bien no son absolutamente determinantes, generan una predisposición a padecer la enfermedad. Parece claro que sobre esta predisposición genética uno o más factores ambientales podrían influir en el desarrollo de la EM.

A lo largo de los años varios factores ambientales han sido considerados: "toxinas, virus, bacterias, tipos de alimentación", sin que hasta la fecha ninguno de ellos haya podido ser demostrado fehacientemente.

Si se ha podido demostrar que la EM está mediada por una reacción autoinmune, es decir un mecanismo de auto agresión en que el sistema inmunológico, normalmente encargado de defendernos de agresiones externas como infecciones, por razones aún no totalmente clarificadas, genera una respuesta hacia estructuras del sistema nervioso como la mielina, provocando su lesión y la aparición de los síntomas de la enfermedad

 

Cómo afecta:

La EM se caracteriza por la presencia de lesiones en el Sistema Nervioso Central llamadas "placas", las cuales son áreas de

desmielinización inflamatoria, es decir, zonas donde se ha perdido la

mielina que cubre las fibras nerviosas o

axones. Este proceso desmielinizante está provocado por un complejo proceso inmune que determina una respuesta anormal contra uno o más antígenos de la mielina. Estas "placas" desmielinizantes producen una alteración en la conducción de impulsos nerviosos bajo la forma de enlentecimiento o directamente bloqueo, determinando la aparición de síntomas y signos de acuerdo al lugar del Sistema Nervioso donde se localicen: sustancia blanca de los hemisferios cerebrales, cuerpo calloso, cerebelo, nervios ópticos, tronco encefálico o médula espinal.

La variedad de síntomas incluye alteraciones en el control del equilibrio, debilidad o parálisis de uno o más miembros, trastornos en la sensibilidad, hormigueos, alteraciones visuales, trastornos en el control esfinteriano y trastornos sexuales.

Se ha demostrado además que en las placas desmielinizantes existe una variable y gradual destrucción de axones, y este proceso ocurriría tempranamente en el curso de la enfermedad. Esta característica neuropatológica avala el inicio de un tratamiento inmunomodulador tan pronto se confirma el diagnóstico de EM.

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Formas Clínicas:

La EM puede presentarse o evolucionar de distintas maneras.

Se reconocen las siguientes formas clínicas:

  • Esclerosis Múltiple Benigna: se trata de pacientes que han presentado recaídas típicas de la enfermedad pero que luego permanecen estables durante 10 o 15 años. Esta evolución benigna deberá estar apoyada por los hallazgos de estabilidad también en la resonancia magnética.
  • Esclerosis Múltiple en Recaídas y Remisiones (EMRR): se caracteriza por la evolución en brotes o recaídas (episodios agudos de empeoramiento) con recuperación total o parcial. Entre uno y otro brote el paciente permanece estable.
  • Esclerosis Múltiple Secundaria Progresiva (EMSP): la enfermedad comienza con una forma RR y luego de varios años experimenta un empeoramiento progresivo que puede o no acompañarse de brotes. 
  • Esclerosis Múltiple Primaria Progresiva (EMPP): la persona presenta una discapacidad progresiva desde el inicio de la enfermedad sin superposición de brotes. 
  • Esclerosis Múltiple Progresiva con Recaídas (EMPR): también tendrá una discapacidad progresiva desde el inicio pero en este caso con brotes superpuestos.

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Tratamientos:

Considerables progresos han surgido en los últimos años para el tratamiento de pacientes con EM. En la actualidad, a pesar de que todavía esta enfermedad no tiene un tratamiento que la cure, mucho es lo que los profesionales expertos en esta afección pueden ofrecer a sus pacientes.
No existe "el" tratamiento para la EM. Las instancias de tratamiento son las siguientes y deberán adecuarse a las necesidades de cada paciente en forma individual y según el momento que transite de la enfermedad:

  • Tratamiento de la recaídas, brotes o ataques. 
  • Tratamiento de base o de fondo de la afección, que han aparecido en virtud de los nuevos conocimientos que se tienen de la misma. Aquí entonces se aplican las llamadas terapias inmunomoduladoras o las inmunosupresoras. Estas terapéuticas han permitido modificar la evolución natural de la enfermedad, disminuyendo la frecuencia y severidad de las recaídas y en algunos casos la progresión de la discapacidad. 
  • Tratamiento dirigido a manejar las molestias o síntomas de la enfermedad y que son relevantes para mejorar la calidad de vida y las actividades de la vida diaria. 
  • Tratamiento de  rehabilitación que es el soporte esencial para lograr su autonomía y mejorar  de esta manera la calidad de vida del paciente y su familia. Desde un  programa de rehabilitación física que engloba las distintas dificultades que las personas con EM puedan padecer hasta  una terapia de apoyo psicológico, para que los pacientes logren una adecuada adaptación a la enfermedad. Esto incluye terapias individuales y grupales.

La Investigación:

Si bien aún no existen fármacos que curen la enfermedad, en los últimos años hemos asistido al desarrollo de nuevos agentes terapéuticos que permiten alterar el curso de la EM, reduciendo la frecuencia de nuevos brotes o lentificando la progresión de la enfermedad. Igualmente, nuevos tratamientos que permiten el manejo de algunos síntomas han permitido mejorar la calidad de vida de los pacientes con EM.

El estudio de nuevos fármacos en EM es un proceso largo y se requieren ensayos que son particularmente complejos para demostrar la efectividad de una nueva droga. No obstante, actualmente existen en estudio más de 70 nuevas alternativas de tratamiento en EM.

Además del desarrollo de drogas nuevas, en la actualidad estamos asistiendo a la evaluación de formas más efectivas de utilizar los fármacos ya existentes. Así se procura evaluar:

  • Si es posible modificar las vías de administración de algunos de estos fármacos, cambiándolas por otras vías más fáciles de utilizar (por ej. la oral)
  • Si es posible utilizar de manera conjunta dos o más fármacos aumentando así la eficacia de los tratamientos individuales.
  • Si es posible utilizar de manera conjunta fármacos que detengan el proceso inflamatorio que destruye la mielina, con aquellos destinados a promover la síntesis de nueva mielina.

Si bien algunos estudios han demostrado que los medicamentos inmunomoduladores son beneficiosos en pacientes con un único episodio de la enfermedad, aún resta definir más claramente el grupo de pacientes que recibirían el máximo beneficio sin efectos colaterales significativos.

 

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FUENTE: ESCLEROSIS MULTIPLE ARGENTINA (EMA)

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