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Alimento: sostén de pasiones por la Lic, Ingrid Querin (segunda parte)

Pese a que son bien conocidos los beneficios de sostener una alimentación saludable a numerosos trastornos se los vinculan con la alimentación: ingestas compulsivas o insuficientes, problemas gastrointestinales, dermatológicos hasta migrañas, razón por la cual, en la edición anterior deslizábamos este interrogante: ¿Por qué la alimentación está en el centro de tantas dificultades que nos aquejan cotidianamente? // Autor: Licenciada Ingrid Querin - Psicóloga - Consultorios Tapia de Cruz - Escobar - Cel: 011-153-274-5735

Las modalidades de abordaje de los trastornos alimenticios que ofrece la clínica actual son variadas. Hay quienes ofrecen tratamientos para estas afecciones como médicos y nutricionistas que recomiendan cambios de hábitos para alcanzar una alimentación sana y promueven el ejercicio físico, para mejorar el estilo de vida. Muchos ofrecen charlas sobre la importancia de realizar una adecuada alimentación, planificación y registro de cantidad de alimentos que se ingieren, con la ilusión que el paciente logre controlar su ingesta y aún sus emociones. Algunos psicólogos centran la atención en modificaciones conductuales y pretenden corregir cogniciones que suponen disfuncionales y en su reemplazo incorporar ideas útiles u orientaciones generales. Informar acerca de los peligros que contrae los malos hábitos alimenticios, no alcanza para hacer las suficientes modificaciones en el paciente. Las buenas intenciones del profesional pueden ser franqueadas, como ante la persona que padece anorexia que considera que su delgadez no es extrema como se empeñan en demostrarle. En otras terapias como las familiares sucede que, no siempre hay colaboradores o no están dispuestos a cambiar.


Los tratamientos hospitalarios tienen un objetivo primordial, la recuperación del peso corporal. Si bien estos tratamientos son útiles para estados críticos, en aparente recuperación se propone al paciente un seguimiento ambulatorio. Los casos de reincidencias son grandes con el agravante de que el paciente no quiere ser internado nuevamente y rechaza este tratamiento.
Se sabe que la psiquiatría cuenta con la descripción y clasificación clínica del trastorno alimenticio, sin embargo el médico no habituado a traducir el trastorno psíquico repara sobre temas como anemia o sobrepeso pero, el psicoanálisis sabe que la desaparición de síntomas de un enfermo no significa que se halle curado.

Entender el problema de los trastornos alimenticios es ir más allá de lo que hasta ahora se ha propuesto, en tanto que todas estas proposiciones bajo una aparente claridad en la problemática resultan, a la luz de los hechos encontrados en los análisis de los pacientes, no resolutivos.

El deshabituar a alguien de su conducta es una conciliación aparente, pronto fracasará el esperado control y quedara solo, librado a aquello que funcionó durante mucho tiempo. Parte del error yace en suponer que la conducta del hombre es solo consecuencia del pensamiento racional, así como suponer que el trastorno está en la dieta, es ignorar que la práctica que la persona hace del régimen, revela su particular dificultad en relación a la comida. No todas las personas responden al hambre comiendo, ni a la saciedad dejando de comer. Más aún, desde los comienzos no hay complementariedad entre la demanda de ser alimentado y la de dejarse alimentar. Vale decir que es posible cometer toda clase de equívocos al responder a esta demanda.
“Desde el origen, dice Lacan, el niño se nutre de palabras tanto como de pan y muere por ellas” Desde muy temprano dependemos de Otro que nos alimente y en el mejor de los casos, no solo se recibe alimento, también palabras; elementos necesarios e intervinientes que incumben a cada sujeto y que jugarán un papel esencial. Estas cuestiones no deben dejarse de analizar si se pretende y se tiene el deseo de curar. Es por ello que sin un tratamiento psicoanalítico el desenlace de este malestar es dudoso. Existe en cada uno cierto desconocimiento de sí mismo, algo de lo cual la conciencia no tiene noticias. El alimento es sustancia que nutre, también lo que sirve para mantener la existencia de algo y cada quien, porta un modo particular de conceptualizarlo. Algunos lamentan su enfermedad otros se aferran a ella. Es mediante un análisis que podrá surgir en palabras la subjetividad que encarna deseos, la relación con los otros, así como los trastornos y dificultades que padecemos. Consecuentemente los trastornos alimentarios se curan y deben curase tal como otras afecciones que nos poseen aquejados.





Lic. Ingrid Querin - Matricula: 54738
 inquerin@yahoo.com.ar



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